Salgo al Frente con mi pluma: Rosa Araneda Orellana
Se conoce como Lira Popular a los pliegos de poesía en décima escritos por los poetas populares y que eran repartidos en los principales centros urbanos de Chile entre mediados del siglo XIX y principios del siglo XX. La Lira Popular representa el paso de la tradición oral al mundo escrito y, además de su valor literario representa una importante fuente histórica, pues los poetas escribían de diversos temas, incluidos el acontecer social y los hechos históricos de la época.
Sin duda alguna, al hablar de Lira Popular, uno de los nombres destacados que aparece en la memoria colectiva y en las investigaciones de este tipo de literatura es el de la poeta popular Rosa Araneda Orellana. Y esto no es por haber sido mujer en un ambiente donde la mayor parte de los poetas eran hombres, sino por el simple hecho de destacar entre sus pares por su prolífica obra.
El origen de Rosa Araneda se puede obtener a partir de sus propios versos. Es así que se conoce que nació en San Vicente de Tagua Tagua hacia 1850, pues ella misma señala tener cuarenta años durante la revolución de 1891. Se definió a sí misma como una “poetisa cronista”, título más que merecido por la forma en la que describió su tiempo y las circunstancias que rodearon su entorno. En una época de fuertes turbulencias sociales, en medio de un ambiente competitivo y, por qué no decirlo, por ser mujer, Rosa Araneda fue, inclusive, acusada de no ser autora de sus versos y ser estos en realidad de su pareja, el también poeta popular Daniel Meneses, acusación que ella misma aclara en su verso “Donde dice la verdad” cuya cuarteta y primera décima dicen:
CUARTETA
Muchos dicen que no soi
quien hace esta poesía
fijense bien pues señores
haber si en algo varia.
I
Araneda por mi padre
en Tagua-Tagua nací
y también les digo aquí
Orellana por mi madre
aunque a ninguno le cuadre
pregunto y noticias doi
a varios el día de hoy
denme haber los delitos
de que no hago estos versitos
muchos dicen que no soi.
…
Y no sólo se mostró aguerrida y desafiante con quien dudara de su trabajo, también desarrolló su obra en torno a una gran variedad de temáticas, escribiendo sobre el amor, las injusticias sociales, acontecimientos históricos, hechos criminales, temáticas religiosas, entre otros, demostrándose así, tal como ella misma se describía, como una verdadera poetisa cronista, con una capacidad descriptiva y crítica únicas. Podemos mencionar, por ejemplo, su activa participación política en una época convulsionada. Profesaba la defensa de la clase obrera y fue una dura opositora al presidente Balmaceda, expresando siempre su sentir en cada verso que escribía, sin embargo, nunca le tembló la mano para criticar lo que no creía correcto. Tal es el caso de lo ocurrido luego de la Revolución de 1891, donde se llevó a cabo una verdadera caza de los balmacedistas, bando perdedor, situación con la que no estuvo de acuerdo, dejándolo plasmado con su pluma:
Al fin los opositores
nos están matando a pausa
porque sin hallarnos causa
nos urgen estos señores.
Tratan estos invasores
al pueblo con gran rigor
cual de ellos es mas opresor
digo escribiendo y pensando
hoy como se están portando
Balmaceda era mejor.
Rosa Araneda vivió en una época que fue un tiempo de cambio para la mentalidad femenina, formando parte de un movimiento mayor de conciencia social que atañe tanto a las mujeres de las clases acomodadas como a las mujeres de las clases populares. Hacia finales del siglo XIX, la mujer de la oligarquía se organiza en torno a los “salones del diecinueve”, que son reuniones en las que se conversa sobre música, literatura, artes y política, sentando las bases que le permitirán insertarse en los espacios públicos, construyendo un discurso propio. Por otro lado, la mujer popular comienza a insertarse en el mundo laboral, redefiniendo su papel dentro de la familia. Así, las mujeres salen del hogar, participando en el ámbito público. Siendo consciente de este proceso de cambios y valiéndose de su personalidad y talento, Rosa Araneda registra en sus versos el tema de la mujer y su función en la sociedad, alabando a la mujer trabajadora y a la mujer organizada en la política.
Al fin, viva Baquedano,
general de mar y tierra
que no se metió en la guerra
por no servir al tirano
al impulso de mi mano
yo diré que a todas horas
vivan las Opositoras,
que por no morir a pausa,
defendieron nuestra causa
como unas leales señoras.
Denuncia también la violencia intrafamiliar y se lamenta por la suerte de las más pobres. Destaca a la mujer trabajadora y organizada independiente de su condición social.
Aunque sea la más bella
mujer del jénero humano,
siendo el marido tirano
nunca hará vida con ella
buscándole la querella
llega como un tiburón,
dándole su resfregon
para sacarla de cera;
con tu amable compañera
no seas de mal corazón.
Es de esta forma que Rosa Araneda instala, valiéndose de la tradición y la poesía popular, una voz de mujer y de pueblo.
Luego de largos meses de agonía, habría muerto un 4 de junio de 1894, según se puede concluir de algunos escritos. Su pareja, el poeta Daniel Meneses la habría despedido así:
La Rosa se deshojó
causándome un desconsuelo,
y antes de caer al suelo
la pobrecita murió
Bibliografía:
Navarrete, Micaela. «Aunque no soy literaria: Rosa Araneda en la poesía popular del siglo XIX».comp. Santiago: Colección de Documentos de Folklore. Ediciones de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos, 1998.
Orellana, Marcela. «Rosa Araneda: Versera y cronista a pesar de todo. Emergencia de una voz femenina y popular en la segunda mitad del XIX». Nomadías, Nº10, 2009.
Araneda, Rosa. «El Cantor de los Cantores». Impr. Cervantes. 1893.
Araneda, Rosa. «Poesías Populares». Impr. Cervantes. 1893.
San Vicente, 8 de marzo de 2015